WALL*E
Breve análisis de la película
Información técnica:
Año: 2008
Duración: 103 min.
País: E.U.A.
Guión: Andrew Stanton.
Composición musical: Thomas Newman.
Música: Ben Burtt.
Fotografia: Animación.
Reparto: Animación.
Productora: Walt Disney Pictures / Pixar, Animation Studios.
Genero: Animación.
Productor: Lindsey Collins.
Responsable de animación: John Lasseter.
La Tierra está llena de basura y se hace inhabitable para los seres humanos. Se realiza un plan de evacuación del planeta, dejando millones de robotitos programados para limpiarlo y así poder volver algún día. Mientras, la humanidad espera en una estación espacial a que los robotitos de limpieza fabricados por Buy n Large (BnL) dejen la Tierra como nueva. Pero algo empieza a pasar... los robotitos cuan efecto 2000 empiezan a fallar. Se estropean todos menos uno, que fue programado en C++ con programación orientada a objetos, y una librería de conocimiento de miles de Terabytes.
WALL-E es el último mini-robot de la Tierra y lleva 700 años recogiendo y reciclando todos los residuos que los humanos dejaron en ella, convirtiéndola en un planeta inhabitable. Para limpiar toda esa basura los habitantes dejaron el planeta e instalaron millones de robots como Wall-E( abreviatura de Waste Allocation Load Lifter EarthClass). Sin embargo, la programación de estos robots falló, con la excepción de Wall-E.
Pronto se encuentra con un robot explorador llamado EVE del que se enamora perdidamente. Ambos viajan a través de la galaxia y desencadenan una serie de
excitantes e imaginativas aventuras. Junto a WALL-E en este fantástico viaje a través del universo, hay otros personajes, entre ellos, una cucaracha mascota y un equipo de robots fallados que no funcionan bien.
La presencia de WALL-E es un factor que galvaniza el poco desorden y creatividad que subsisten en la enorme embarcación espacial controlada por una gran computadora. Desorden que tiene que ver con algunas máquinas defectuosas y con la adormecida esperanza en torno al regreso a la Tierra. Pero ocurre que la gran computadora no está, en realidad, dispuesta a abandonar su control sobre la vida de los hombres. El retorno no está entre sus programas. Entonces, bajo el emblema de la pequeña plantita, se inicia la gesta de los hombres por recuperar su vida. La rebelión contra la computadora es exitosa gracias a la ayuda de WALL-E. Finalmente la humanidad regresa a su casa dispuesta a aprovechar su nueva oportunidad.
La película esquematiza algunas tendencias vigentes en el mundo de hoy: la debilidad de los vínculos, la depresión, la obesidad, el entretenimiento como única luz. Pero en la apatía está latente el mito del retorno, la esperanza de la redención que significa que la Tierra sane de sus heridas. No obstante, si no fuera por WALL-E, esta espera no hubiera tenido término. De alguna manera, para esta humanidad que vive en el exilio, WALL-E se convierte en un agente mesiánico. Sin saber lo que hace, guiado por su amor a Eva, WALL-E es quien logra posibilitar el plan del retorno. El pequeño robot resulta más humano que los desolados y adiposos sobrevivientes. Es un personaje tierno y simpático.
Entonces, ¿qué nos dice la película? La idea es que la tecnología produce una sobreabundancia que lleva a una catástrofe ecológica. Y para los sobrevivientes la tecnología elimina la necesidad de trabajar y destruye el sentido de la vida. La humanidad pierde toda agencia. Las máquinas lo controlan todo. En este panorama la salvación viene de una vieja máquina que conserva las propiedades que sus creadores tuvieron pero que sus descendientes han perdido. La capacidad de hacer vínculos. El amor.
En todas las culturas la catástrofe simboliza el ansia por un gran cambio. Este deseo, que surge desde el aburrimiento y la insignificancia de la vida, se asocia a lo catastrófico cuando no aparece un camino que permita imaginar una salida a la insatisfacción. El gran cambio vendrá no de una acción colectiva inteligente sino de una circunstancia azarosa e imprevisible. Quizá podría decirse que con la crisis (¿terminal?) del socialismo hemos entrado a una época en que solo podemos esperar pues no tenemos nada que hacer. Pero la película nos dice que más allá de la tecnología lo que está mal en el mundo es el vínculo social. La gente está sola y el diálogo se suele rechazar, pues raramente es el espacio de un florecimiento mutuo y nadie quiere dejar que se aprovechen de uno. ¿Y la relación con la tecnología? La tecnología, y la riqueza, han permitido que dependamos menos de los otros. Pero, claro, no hemos logrado suplir con el amor y la amistad las antiguas relaciones que la dependencia hacía necesarias. Entonces el vínculo social se ha licuado, se ha disuelto. Y como no vemos forma de salir de esta situación, nuestro deseo de cambio se presenta como la imagen de una catástrofe. Según la película estaríamos esperando que algo de lo ya creado por el hombre nos logre salvar. Habría que buscar en el “tesoro” de la cultura humana esas ideas que permitan recuperar la capacidad de estar juntos sin dañarnos.
Diseñado por: Sergio Peñaloza